Wednesday, October 15, 2008

Tranquilo silencio que esta noche

me acompañas,

toma estas suaves palabras

y llevalas junto a su lecho,

que ella las escuche en el secreto abrigo

de su sueño.

Que esta triste voz,

incapaz de olvidarle,

sea el arrullo de sus sueños esta noche,

de lo cual en la mañana

nada recordará

y así no habrán reproches

por haber desperdiciado

de esta forma sus horas, aún mientras dormía.

Será mi alegría inmediata

saber que soñó mis palabras,

que las sintió dentro de su alma

fuerte e impenetrable,

y que por fin el suave

silencio, fue roto por la causa

de este loco amor.

C. Del Valle

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